Solo hay un TiC, el TaC te lo llevaste tú...

No llegas a tiempo. Nunca lo haces.

El reloj se ha parado.

Está sin manecillas.

Mis labios, están rotos y quebrados de los besos que nunca te atreviste a darle.

Oídos rotos de palabras jamás escuchadas.

Tengo las huellas dactilares sin identidad de no poder abrazarte o al menos haber tenido la oportunidad de darte una caricia.

Arruinado el olfato porque no supiste ser valiente para acercarte a mí, para poder olerte. Aspirar toda tu fragancia.

Y... ¿Mis ojos? Ellos son los únicos que aún conservan la vida, porque fueron capaces de verte, aunque no tan cerca como hubiera yo querido, pero te han visto. Han observado cada mínimo detalle de tu comportamiento, de tus pequeñas manías, de esa boca que me provoca, tus manos ásperas...

Ellos han sabido ver todo lo que nunca quisiste enseñarme.

Tan solo mira como me has dejado por no hacer nada.