Una caricia real.

Soy como esos perros vagabundos.
Un perro aferrado a las palabras, solo a las que salen de tu boca.
Tal vez escuche dos o tres cosas y luego haga una novela de ellas, no lo sé.
Como el perro perdido en cualquier calle de Barcelona, ansioso de una caricia, de una muestra de afecto. Un afecto aún siendo de un ser extraño. Un alma bondadosa.
Eso es lo que yo necesito de ti.

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