Me dejo ir por este mar de lágrimas...

Mis ganas de llorar van en aumento. 
Suben a 55 nudos por el túnel de mi garganta sin que pueda hacer nada al respecto.
Por primera ven en la vida mi corazón y mi cabeza están de acuerdo.
Acaban de llegar a la dura decisión de que no se puede vivir intentando toda la vida.
Que hay que detenerse y dejar que el mundo siga girando.
Fuera impulsos y adiós corazonadas estúpidas.
Todo se queda en un "Que podría ser si..."
No me quedan fuerzas, ya no, no tengo reservas de buenos momentos del pasado a las que echar mano para seguir avanzando.
El frío ha calado tan hondo en mí, que los huesos se han quebrado, igual que una placa de hielo en el borde de un cubo a manos de un niño que lo explora todo.
Hoy se acaba todo. Lo siento. No hay más de mí persona.

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