No me gustan los finales.

En algún momento de toda esta historia te paras a pensar en como comenzó todo.
Te paras a pensar como ocurrió todo en el momento que ves que las cosas están cambiando a pasos de gigante.
Poco a poco saboreas como se consumen los días en la soledad mas desgarrante y oscura de la habitación del lado.
Que antes hablabais día si día también, mil horas a la semana y cada segundo del mes.
Pero algo hace que las cosas muden su imagen, y lo que antes creías perfecto ahora no lo tienes y vives lamentándote, que tal vez la culpa sea tuya, que has echo mal y las típicas frases del momento.
Solo diré que así es el paso por la vida, el destino te deja en las manos a la gente el tiempo suficiente para llegar a conocerlos un poquito y no olvidarlos jamás, de ellos depende que los conozcas a fondo o que la historia se que ahí.
Se quede en nada.

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