The last round.

Pobres de nosotros los soñadores, que creemos que el pasado se queda ahí; en el pasado, atrás, que se vuelve historia.
Es mentira. Solo se queda atrás el tiempo suficiente para hacernos creer que no volverá, que se quedará ahí sepultado en el recuerdo y que podemos empezar una nueva vida, feliz, más tranquila, más frenética o más dulce.
Cuánto mejor están saliendo las cosas, más impacto produce su aparición en tu vida antes perfecta. Como el golpe que un boxeador profesional te dará en las costillas y que, luego, escupirá al suelo con rabia.
Regresa de la oscuridad, rompiendo las cadenas para atormentarte, noche si, noche también.
Seguirá a tu lado asta que te consuma como el cigarrillo de después de hacer el amor con tu pareja o con un simple desconocido del que nunca sabrás el nombre.

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