Largo viaje de excesos a este cuerpo magullado.

El daño perfecto para no morirse.
Las dosis adecuadas para que duela profundo.
Tristeza exacta para obligarte a escribir.
Lo siento, aún no la suficiente, como para hacer brotar lágrimas de impotencia.
Si la indiferencia fuese sobresaliente, dudaría de mi propia existencia, por lo tanto, continúa siendo efímera.
Dosificamos todo lo malo, para prolongar estos románticos estropicios.
Continuo diciendo "Aquí no pasa nada".
Estúpida ingenuidad la que me gasto.
Entrando al bar de nunca, en el mismo taburete gris, sigo viendo tu cara en esas copas de alcohol.
Litros de veneno etílico que amparan mi alma.
Citas a la misma hora y noche tras noche con D. Whisky.
Tiene más alto coste el líquido en ese vaso, que la dignidad en mis bolsillos.
Duro admitir que me paso achispadas alboradas para intentar ignorar lo que esa persona supuso en mi vida.

Comentarios

Entradas populares